lunes, 14 de octubre de 2013

Cárceles Venezolanas, El Coliseo.




Muchas personas, entre culpables e inocentes han caído en lo que en Caracas le llamarían "El Coliseo", el lugar donde desde que entras tienes que defenderte y darte a respetar ante los demás reos, cuidarse las espaldas de todos los que te rodean, es el lugar donde no se puede confiar en nadie porque hasta el que mas aparente ser buena persona te puede apuñalar por la espalda.

La Guardia nacional es la encargada de mantener el orden en estos reclusorios en la medida de lo posible, para el que esta adentro ya es una rutina, un estilo de vida, un proceso de adaptación lo que ahi se vive, nunca nadie se acostumbra a vivir mal.

La situación explosiva existente en las cárceles venezolanas de Rodeo I y II era una cuestión anunciada que incluso los responsables de la política penitenciaria  conocían. Los factores que han llevado a esta difícil situación se han venido  acumulando durante décadas y a pesar de los intentos del gobierno bolivariano de humanizar su sistema penitenciario en los últimos años, pocos han sido los resultados tangibles que hubiesen podido evitar los graves sucesos que hoy se viven intramuros y amenazan con extenderse a otros recintos carcelarios

Es lógico pues que los jóvenes delincuentes, tanto en libertad como una vez ya presos, socialicen una falta de valores tal que el respeto por la vida de los semejantes no entre a formar parte de sus prioridades. Y cuando ello sucede en una sociedad como la venezolana, con un gobierno que quiere construir el socialismo, con una sincera apuesta política popular que beneficie a los más desfavorecidos, el tema se complica.

El derecho a la vida no existe en las cárceles venezolanas, y a pesar que las estadísticas han disminuido en los dos últimos años, varios cientos de presos son asesinados anualmente.  No porque las autoridades maten a los presos o los condenen a muerte, sino porque su falta de autoridad, la misma ausencia del Estado en las relaciones carcelarias ha sido suplantada por jefes o cabecillas que deciden en demasiadas ocasiones quién vive y quién muere en las cárceles de Venezuela.



¿Qué son las Cárceles?

Cárcel o prisión, como pueda ser llamado, en su mayoría de las veces son algún tipo de instituciones autorizadas por el gobierno. En ésta, se le da lugar a los encarcelados o privados de libertad y forma parte del sistema de justicia de un país o nación.

Forman parte del sistema penitenciario, que es el conjunto de prisiones y la organización respectiva que las administra.

El objetivo de las prisiones o cárceles varía según las épocas y, sobre todo, las sociedades. Su principal cometido es:
Proteger a la sociedad de los elementos peligrosos
Disuadir a quienes pretenden cometer actos contrarios a la ley.
Reeducar al detenido para su inserción en la sociedad.
Acallar a los oponentes políticos. Esta circunstancia se produce, de manera especial, en las dictaduras, aunque también en las democracias pueden existir prisioneros políticos.
Impedir que los acusados puedan huir comprometiendo su próximo proceso, se habla, en este caso, de prisión preventiva.

La finalidad de las prisiones ha ido cambiando a través de la historia. Pasó de ser un simple medio de retención para el que esperaba una condena, a ser una condena en sí misma.

La creación de las cárceles surgió ante la necesidad de mantener en secreto el tratamiento de la delincuencia. Las ejecuciones, llevadas a cabo en público, fueron cada vez más discretas hasta desaparecer, por completo, de la vista pública. Las torturas, consideradas como bárbaras, tenían que ser modificadas por otra cosa.

Los objetivos de la cárcel fueron evolucionando con el transcurso del tiempo. Poco a poco, la idea de que el prisionero tenía que reparar el daño que había causado a la sociedad, fue tomando conciencia en ésta. El encarcelamiento tenía que ir acompañado del trabajo, el delincuente pagaba, con la prisión, una deuda, no directamente a sus víctimas, pero sí al daño que su comportamiento había causado a toda la sociedad. Tras haber cumplido su condena y pagado su deuda, el delincuente quedaba exento de toda culpa y podía re-emprender una nueva vida. Pero la aplicación de esta utopía todavía no se ha hecho realidad.
El hecho de considerar la prisión como un lugar de re-educación del delincuente, se contempló tiempo después. La prisión se fijó otros objetivos: el cambiar a los delincuentes y adaptarlos para una vida normal en la sociedad. Su principal idea era la de reeducar y reformar a los delincuentes que habían tomado un camino equivocado.
Las cárceles actuales son las herederas de estos ideales que, realmente, no se cumplen, la cárcel se justifica, más o menos, de acuerdo con los lugares y con los períodos en función de estos ideales con los que fueron creadas.